La peor cara de la gobernación se ha dejado ver esta última semana. El descontento es generalizado, nadie está ajeno a la situación actual que pide un cambio con cada vez más fuerza. El malestar es acumulativo y viene de hace varios años, pero hay ciertas frases que despertaron y encendieron los ánimos:
“Si quieren pagar menos en el metro, madrugen” Juan Andrés Fontaine, ministro de economía
“Cuando sube el pan o el tomate, nadie protesta” Juan Enrique Coeymans, presidente del panel de expertos del transporte público
“La gente va temprano al consultorio a hacer vida social” Luis Castillo, Subsecretario de redes asistenciales
“Los que quieran comprar algo barato que compren flores” Felipe Larraín, ministro de hacienda
La fuerza pública está organizada y movilizada en forma desmedida durante el “Estado de emergencia”. Algunos efectivos policiales y militares (no todos) se comportan provocativos, haciendo uso innecesario de su armamento y amedrentando con mucha violencia sin distinguir entre ciudadanos/estudiantes manifestándose pacíficamente y el vandalismo desclasado.
Incluso circulan videos, en los que parecen estar bajo los efectos de las drogas.
Están realmente capacitados para ayudar con el orden e interactuar con el descontento que se vive en las calles de Santiago? Era necesario esperar a que todo se descontrolara para tomar en cuenta la voz del pueblo? Que tan real es todo lo que está sucediendo? Existen montajes?
Lo cierto es que el Chile que conocemos cambió para siempre. Corrupción en varios sectores públicos, los altos sueldos, viáticos exagerados, desviación de fondos, licitaciones fraudulentas, bajos niveles de asistencia en el senado, facturas falsas, “asesorías” por parte de agentes políticos y sus familiares. Incluso en el ejército con fondos mal utilizados por hasta $3,5 millones de dólares.
Ejemplos hay muchos: Milicogate, Penta, SQM, Minera dominga, Corpesca, etc.
Para bien o para mal las cosas tomarán un nuevo camino en el que necesitamos re-encontrarnos y re-encantarnos con la política y los líderes que nos gobernarán en el futuro. Los partidos políticos quedarán obsoletos y no les bastará con re-inventarse ni cambiar de nombre o slogan.
El recambio es inminente, no nos sentimos representados y la desaprobación es TOTAL: No hay encuesta arreglada que pueda decir lo contrario. Ya sea si continua o no el actual presidente, el cambio debe hacerse.
Las grandes empresas también están en la mira. Los escándalos de colusión y el financiamiento en campañas políticas han puesto en el otro bando a grandes cadenas nacionales e internacionales.
Protestas , marchas pacificas, saqueos, barricadas o incendios no deberían terminar con gente asesinada. La vida es lo más valioso, más que un supermercado, una farmacia o una bencinera.
Atravesar este periodo de cambios no va a ser fácil. Debemos ayudarnos entre todos, solidarizar y empatizar. Juntos podemos enfrentar esto de mejor manera, no debemos seguir dividiéndonos por el miedo que nos están tratando de inculcar. Porque el pueblo deberíamos ser todos: Ciudadanos somos los trabajadores y estudiantes pero también deberían estar de nuestro lado policías, militares y políticos.
A no perder la fé
